martes, 19 de abril de 2016

Tiempo roto, roto por el tiempo.

Cuanto más pasa el tiempo, peor se comportan las personas.
Sociopatía intransigente, o valores dados la vuelta, no lo sé.

Todo se me viene encima, y solo quedan los de siempre, incluso los que no creía que fueran a estar, lo están y de una forma cuanto menos sorprendente. Por ello seré claro, y conciso: corto, corto de raíz; borro todo, y a todos los que estaban y no se quedaron.

Abre los ojos, vive la vida, despacio, sin hacer daño, he dicho sin hacer daño.
Rencor, decías, ahora digo venganza camuflada.
Abyecto, indigno, despreciable, ignominioso.

Mi paciencia se agotó. Adiós. 

martes, 26 de enero de 2016

No más.

Se acabó, me cansé, de todo.
Llegó el momento de quererme a mi primero, y luego, al resto.
Se terminaron los momentos, las decepciones, las desilusiones, las preocupaciones, los celos, todo.
No quiero ésto más, hasta aquí, no lo alarguemos.
Y no vuelvas, lo siento, pero no quiero. 
Es un hecho que te echo de menos, y lo haré durante mucho tiempo, puede que toda la vida, pero no vuelvas, no va a ser igual, y para decepcionarme, otra vez, paso.

¿Por qué? Porque cuando te necesité no estabas, porque no dudaste ni un segundo en hundirme, sin antes preguntar, porque perdí la confianza, porque ya no estoy ciego. 
Porque a día de hoy sigues siendo la misma persona, pero con otra apariencia, aún así, tu interior se deja ver. Prometiste cambiar, no tenías por qué hacerlo, pero lo hiciste, me lo prometiste, y no sucedió. Solo aparentabas. Y como bien sabes, a mi, las apariencias, no me gustan.

Sigues siendo esa persona descuidada de siempre, desordenada y caótica, y yo sigo siendo el detective que ve pruebas a la legua, sigo descubriendo cosas que intentabas ocultar, intentabas, como siempre.

Se acabó el hacer que somos algo pero no ser nada, la palabrería, y los besos bipolares. No más polvos de madrugada, ni abrazos al amanecer a las dos de la tarde. Se acabó el llover por dentro.
Se agotó el tiempo, lo tuviste entero, pero decidiste desperdiciarlo, no hay vuelta atrás, ahora ya no tienen cabida los planes de última hora que antes ni proponías, ni los deseos que antes ni mencionabas, ni tampoco los sentimientos que antes ni afloraban.

No te guardo rencor, incluso te perdono, no me diste lo que buscaba, pero me hiciste aprender todo lo que necesitaba.

.sàm oN

domingo, 27 de diciembre de 2015

Menestra e impaciencia.

Qué tendrán los sentimientos con las lágrimas que se quieren tanto. Revoltijo de pensamientos desordenados que te vuelven loco.
¿Con qué fin? No lo se, lo único que sé es que quiero que acaben, a veces me gustaría dejar de sentir, otras simplemente que sintiesen por mi. 
Ansío el futuro, y aún no tengo estructurado el presente. Maldita la hora en la que descubrí la ambición, en la que sentí la ambición.
Y todo sería tan sencillo sin complicarnos la vida, sin complicársela a nadie... Putos sentimientos que lo enrevesan todo, putos sentimientos que todo lo estrujan.


Soy débil, no tengo problema en admitirlo, lo sé. Nací así, indefenso, y ahora a lo sumo puedo ponerme un caparazón y sufrir en su interior, sin que nadie me vea.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Mercancías y personas.

Y fue entonces, con los rayos del Sol de aquella mañana calurosa, y fría a la vez, cuando me di cuenta de lo mucho que valgo y de lo poco que se me valora. 
Me di cuenta, sí, de la mentira, y de la verdad.

Las cosas no son como las pintan, o sí, pero tal vez nosotros no lo queremos ver, renegamos de sentir, es un hecho contrastado.
¿Sabéis de éstas veces que alguien muy sabio, os dice algo, y no os dáis cuenta del significado hasta que lo vivís en vuestras carnes? Pues odio esa situación, odio no llevar la razón y odio la ignorancia.
Siempre se habla sobre personas que pasan por tu vida, pero, ¿por qué no hablamos de personas que se quedan, y quieren quedarse, y de las que no se quedan porque ellas no quieren quedarse? Esas personas que se van, no lo hacen como una cosa aislada, y todos lo sabemos, se van voluntariamente, y eso es justamente lo que nos duele tanto.
Seamos sinceros, a nadie le gusta que una persona se aleje de su vida, pero, ¿las dos partes han puesto algo por quedarse? Normalmente no equitativamente, y es ahí dónde debemos actuar.
Cada día que pasa me voy dando cuenta de que no vale mucho la pena ser buena persona, de que a día de hoy contadas personas saber agradecer lo que haces por ellos.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Yo y el resto.

¿Deberíamos dejar fluir el agua, o estancarla? Ya me viene grande ésta decisión, y hasta me harta.

Los sentimientos se digitalizaron en el siglo XXI, eso sí lo tengo claro; a día de hoy lo único que fluye son los bytes, porque los sentimientos "ya no están de moda", o eso es lo que veo últimamente, que vale más el orgullo y la apariencia que un "te quiero", que un "me importas" o simplemente una sonrisa producida por una mueca graciosa.

He de confesaros algo: yo antes era feliz, ahora simplemente soy. Me da pena ver lo que veo, sentir lo que siento, hacer lo que hago, y que no sirva para nada, como si fuese en vano, como si fuese directo al cubo de la basura. Estoy harto de ceder, de falsas ilusiones, de creer, de tener esperanza, de centrarme en el resto y no en mi, de que me mientan, de que me fallen, de ser el malo simplemente por decir las cosas como las siento, de decepciones, de los "quizás", de las indirectas, de las inconcreciones, de los "sí pero no", de perder el orgullo por quien no lo merece, de rebajarme a la altura del betún, de hacer como si no pasara nada, de la inestabilidad, de guardarme las cosas, de no rechistar, de hacer lo imposible para nada, de estar ahí para todos, de que todos no estén para mi cuando lo necesito, de preocuparme, de que nadie se preocupe por mi.

 Estoy cansado de ser "de usar y tirar", estoy cansado, agotado y sin aliento ya de que me utilicen, de ser una herramienta, un juguete.

No sé qué cojones le pasa al mundo, si es que va muy lento o es que yo voy muy rápido, pero ha llegado un punto en el que no hay sincronización, y no sé si algún día la habrá.

jueves, 3 de septiembre de 2015

La ilusión, la vida, la costura y el morbo.

Desde un punto de vista racional y objetivo, podríamos considerar la vida como complicada ¿no?
Situaciones, momentos, lapsos, en el tiempo, distintos pero a la vez iguales, que suceden porque sí, porque tienen que suceder.
Como si se tratasen de hilos entrelazados en una misma prenda de ropa, al fin y al cabo todos ellos forman un todo, pero sin estar unidos no son nada.
El problema llega cuando esa prenda de ropa, ese conjunto de hilos, no te sienta como esperabas, desde fuera se veía muy bonita, quizá incluso perfecta, pero puesta ya como que te decepciona.

Necesitamos poder coser una vida perfecta, pero a veces, sin saber por qué, damos puntada sin hilo, lo cual vamos arrastrando en un largo trecho hasta que somos conscientes de que hemos errado; toda nuestra ilusión se desvanece para convertirse en decepción. Entonces es cuando nos preguntamos a nosotros mismos qué hemos hecho mal, por qué ha salido mal, si le habíamos puesto toda nuestra ilusión y todas nuestras ganas, y cuestiones que se asemejan.

Y es que la vida, no está hecha con un molde, la vida está hecha, y ya.

Deberíamos intentar pensar en nosotros mismos, hacerle la forma que más nos convenga a nuestra vida, sin tener en cuenta las necesidades de las demás personas, sino solamente las nuestras, sin tallas universales, solo talla única.

He dicho deberíamos, porque nadie prácticamente se molesta en hacerlo, y muchos incluso tratan de probarse la prenda de otros. Qué mirándolo fríamente sí, es mucho más cómodo, es cierto, pero no por ello lo correcto, solo lo más morboso... y es que, qué tendrá el morbo que nos gusta tanto, qué tendrá que lo buscamos, qué tendrá que nos revoluciona tanto...

jueves, 17 de julio de 2014

Vive el tiempo y aprende.

La vida cambia, el tiempo pasa, y con ello aprendes.
Hacémonos llamar personas los habitantes del planeta, somos muchos, millones, quizá muchos más, demasiados.
A lo largo de tu existencia te cruzas con muchos de estos seres, y aprendes un poco de cada uno de ellos, todo para alcanzar un beneficio, porque viéndolo así, el ser humano es un ser egoísta, en general, solo piensa en si mismo y en llegar a sus metas. Pero digo en general, porque aunque todos tengamos algo de egoísmo en el interior, porque si, porque lo tenemos y lo sabéis, no es la misma cantidad en todos los cuerpos.

Cada ciudadano es un mundo, y si cada mundo crea más mundos, y todos estos mundo viven en el mismo mundo... ¿cuantos mundos hay? ¿cuantas realidades hay?
Si ya partimos de que cada mundo es diferente, ¿por qué nos empeñamos en juntar dos mundos, con sus más y sus menos, para poder ser felices? ¿y si lo que de verdad nos hace felices es hacer turismo?
Puede que sean demasiadas preguntas, pero estoy dispuesto a responderlas con el tiempo necesario.

La libertad es un derecho, y creo que se nos está coartando de ello. Aunque no directamente, sin darnos cuenta. ¿Por qué al ser que provino del mono le cuesta tanto aceptar los cambios que se le vienen encima?
Si el latido de su corazón, del motor que mueve esa gran carga, fuera homogéneo, sería aburrido, no viviríamos bien. Esto es igual, ¿no creéis?

Cada uno de nosotros tiene escrito un camino, al igual que el electrocardiograma, y ese camino es el que tenemos que recorrer, con o sin ayuda. Pero tenemos que recorrerlo.

viernes, 26 de julio de 2013

¿Nacional o autovía?

Nada es igual, y somos conscientes de ello. Pero existe un problema, el problema de que no queremos asumirlo.
Todos los caminos acaban dividiéndose en otros muchos, nos guste o nos disguste, hay sucesos que ocurren sin explicación, simplemente porque tienen que ocurrir, y creo que ya va siendo hora de que nos demos cuenta. No todo en la vida tiene una explicación propia, muchos achacan estos acontecimientos a Dios, los que no son necios lo atribuyen al destino.
Las personas somos como las piezas de un puzzle, tenemos que encajar unas con otras, sino buscaremos la pieza que sea acorde con nuestra forma. Eso precisamente es lo que buscamos toda la vida, con lo que nos obsesionamos, con la persona que encaje con nosotros, con esa persona especial, con esa con la que dormir y a la mañana siguiente enternecerte al verla a tu lado. Admítelo, tu también quieres una persona así, que te cuide y te quiera, incluso que te ame. Pero la vida es así, nunca sabes lo que te va a deparar, si lo supieras ¿qué tendría de divertido?

Es decepcionante que la vida no quiera dártela cuando tu quieres, pensarás; yo solo creo que para decepcionar la vida no es la más indicada, pero si lo son las personas que hay en ella. Personas que creías que iban a estar ahí siempre y te sustituyen a la más mínima, eso si es decepcionante. Yo siempre me digo: "quizá es que no estaban a tu altura, o quizá es que no te merecían", que, pensándolo en frío, puede ser verdad, ¿no? En realidad es mejor no pensarlo, seguir adelante, y que pase lo que tenga que pasar, incluso a veces es mejor recorrer la carretera nacional que ir por la autovía.
  
Lo que tenga que suceder, sudecerá, no podemos ir en contra de la vida. Por eso lo mejor es disfrutar de cada momento, pensando en el prensente, dejando a un lado el pasado y sin obsesionarnos con el futuro, que es incierto.
 

sábado, 16 de marzo de 2013

Una realidad paralela.

¡Qué bien sienta todo en boca de otros! Todo tiende al paraíso cuando oyes dialogar a otras personas, ¿o no es cierto?
Siempre he oído que el ser humano es un ser perfecto, un ser inteligente, pero sinceramente yo no se donde le ven tales cualidades, para mi es el ser más imperfecto que existe, el ser más necio y el único tan tonto que perjudica a los de su especie. El ser humano es un ser mentiroso por naturaleza, un ser de apariencias, su condición natural es fabricar falacias con el fin de llegar a un bienestar propio al cabo del tiempo.

La hora, la fecha,... son meros número que indican que el tiempo pasa, y, gracias a los cuales, te das cuenta de que hasta ahora no has hecho nada, han pasado los días, los minutos, los segundos, y no hay resultado.
Miras atrás y solo ves que has tropezado con la misma piedra cuatro mil trescientas veintiséis veces.
Entonces es cuando te preguntas "¿a esto es a lo que llaman perfección?"; en mi opinión sería más perfecto un elefante con alas de mariposa.

sábado, 2 de junio de 2012

El destino es bipolar.

Hay días en los que te levantas y lo primero en lo que piensas es en el porqué de las cosas, en porqué tiene que llegar ese momento, en porqué no pudo ser tal cosa de tal forma, en porqué le damos importancia a asuntos que no la tienen...
El destino, es él, sin él no seríamos nadie a la vez que seríamos el todo. No nos damos cuenta pero siempre está ahí, por mucho que nos duela o nos haga felices.
Quizá no nos estemos dando cuenta, pero nos está afectando todo el tiempo.
Hay momentos que gracias a el se acaban y no quieres que lo hagan, como también hay momentos que quieres que terminen y no lo hacen; pero contra ello no podemos luchar, lo único que podemos hacer es vivir, vivir la vida tal y como se nos presenta, con lágrimas y risas, con llantos y carcajadas, con broncas y bromas.

No digamos "adiós" a nada ni nadie, sino digamos "hasta pronto" que del destino nunca se sabe. Miremos hacia el futuro y tengamos al destino como un simple complemento, dejemos de preguntarnos el "porqué" de todo, el "qué pasará", y afirmemos que estamos vivos, que nos sentimos vivos y que estamos aquí, que no es poco.
¡Sintámonos afortunados! no todo el mundo puede sentirse vivo.
Luchemos contra viento y marea, contra una tempestad incluso para que llegue la calma, para poder cumplir nuestras metas y nuestros sueños.
Si ya lo decían unos amigos míos: "Vamos a dejar de comernos la cabeza, y vamos a empezar a comernos el mundo".
Y es que nada es imposible, si se lucha por conseguirlo.

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