sábado, 29 de octubre de 2011

Pavor de un inocente.

Miedo, temor, pánico; ¿ilusiones?, ¿aspiraciones?.

Impera la ley del más fuerte; te debilitan, te humillan, tratándote como la mierda, te infravalorizan, te sitúan a la altura del betún. Pero tu lo permites, ¿por qué? ¿quienes son ellos para hacerlo?

Lo haces por convencimiento, te repiten varias veces lo mismo, hasta el aburrimiento, hasta que te acabas convenciendo tu mismo de algo que no es verdad, te hacen llegar a un convencimiento de algo ficticio, de una mentira.
Recreas esa idea en tu mente, una y otra vez, una y otra vez, hasta que la asocias y haces que sea parte de ti; una mentira vuelvo a decir. Afectándote psicológica y físicamente, agotándote,...

Vives en tu propio sueño, te abstraes centrándote solo en eso, te obsesionas, creas tu propia ilusión. Quedas falto de voluntad y sobrado de amargura. Sin embargo la gente a tu alrededor no lo vé, o no lo quiere ver, sin motivo alguno ésto último. Y ¿por qué?.

Eres no culpable, no das pistas, ni pruebas de nada, ni de la bula que se han inventado, ¿por qué les gusta jugar a los adivinos? Lo próximo será echarte las cartas sobre otra mentira, y así sucesivamente, llegando a una cadena o a un círculo vicioso por adición de muchas de éstas. Y ¿por qué?


No hay respuesta, puede que por envidia, o tal vez por celos o apariencia de valor, para crear así un falso estereotipo de ellos mismos adjudicandote directa o indirectamente otro a ti a su vez. Quizás sean los celos los que tengan la culpa, tal vez la poca autorrealización del emisor de dicha falacia. De lo malo malo, "Es mejor ser envidiado que apiadado".

miércoles, 26 de octubre de 2011

Comprensión de la realidad.


La gente sólo quiere ver lo que ya ha visto siempre. Lo nuevo les asusta, y lo inteligente hace que se sientan estúpidos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Madurez 2 punto 0

Ducharte con champagne, y poder celebrar que disfrutas de la vida. Ya no le das importancia al "qué dirán", ni a las miradas imprecisas y curiosas, clasificando a estas de irrelevantes.

Solo estás tu en el mundo.
Hay luz, lo percibes, pero se acaba cuando lo ignoras, para ti claro; y es que no hay mejor que para no sufrir ignorar los sucesos.
Estás confuso, cansado, confundido, trés fonemas con el símbolo de la tercera letra del abecedario que adjetivan un mal estado, tu estado, pero es que esa es la realidad, no la puedes cambiar, no eres quién.

Te gusta soñar lo sé, a todos nos gusta soñar; te gusta crear un mundo idealizado que te sirve para ser feliz, por lo menos durante un pequeño momento, y es que ese es el día a día, sueñas y despiertas, sueñas y despiertas, como en un ciclo constante del que no se puede salir, ¿o quizás un círculo vicioso?, no sé.

Pero cuando ves esa hora desdichada marcada en el reloj... te hace estar confuso, te cansa, te confunde, te entran ganas de ser feliz de un instante a otro y poder ignorar así al mundo, incluso a veces el propio cuerpo te pide ignorancia.
¿Por qué?; ¿tienes falta de felicidad, ó simplemente es puro vicio?.


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