jueves, 3 de septiembre de 2015

La ilusión, la vida, la costura y el morbo.

Desde un punto de vista racional y objetivo, podríamos considerar la vida como complicada ¿no?
Situaciones, momentos, lapsos, en el tiempo, distintos pero a la vez iguales, que suceden porque sí, porque tienen que suceder.
Como si se tratasen de hilos entrelazados en una misma prenda de ropa, al fin y al cabo todos ellos forman un todo, pero sin estar unidos no son nada.
El problema llega cuando esa prenda de ropa, ese conjunto de hilos, no te sienta como esperabas, desde fuera se veía muy bonita, quizá incluso perfecta, pero puesta ya como que te decepciona.

Necesitamos poder coser una vida perfecta, pero a veces, sin saber por qué, damos puntada sin hilo, lo cual vamos arrastrando en un largo trecho hasta que somos conscientes de que hemos errado; toda nuestra ilusión se desvanece para convertirse en decepción. Entonces es cuando nos preguntamos a nosotros mismos qué hemos hecho mal, por qué ha salido mal, si le habíamos puesto toda nuestra ilusión y todas nuestras ganas, y cuestiones que se asemejan.

Y es que la vida, no está hecha con un molde, la vida está hecha, y ya.

Deberíamos intentar pensar en nosotros mismos, hacerle la forma que más nos convenga a nuestra vida, sin tener en cuenta las necesidades de las demás personas, sino solamente las nuestras, sin tallas universales, solo talla única.

He dicho deberíamos, porque nadie prácticamente se molesta en hacerlo, y muchos incluso tratan de probarse la prenda de otros. Qué mirándolo fríamente sí, es mucho más cómodo, es cierto, pero no por ello lo correcto, solo lo más morboso... y es que, qué tendrá el morbo que nos gusta tanto, qué tendrá que lo buscamos, qué tendrá que nos revoluciona tanto...

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